jueves, 20 de agosto de 2009

Nena, eres tan dulce que haces que el azúcar parezca sal


-Podríamos pegarnos un revolcón

-¿Dónde? ¿Aquí en el porche? Ni siquiera en el bar, aquí ¿en la puta entrada no? Olvídalo.

-No, en mi coche

-¿Dónde ahí? ¡ Hay más humedad que en el puto Vietnam !

-Dentro del coche está seco, no te vas a mojar…ni siquiera un poquito (…) ¡Peguémonos un revolcón!

-Bien. Pero deja de lloriquear o se me pasan las ganas… Iremos al coche y nos morrearemos 6 minutos, ¿Hay trato?

-Genial.

-Nonononono, ¿hay trato o no hay trato? Porque si vas a lloriquear cuando corte el rollo podemos dar media vuelta y entrar al puto bar ahora mísmo.

-Nada de lloriqueos y nada de súplicas cuando digas “se acabó”, se acabó.

-Me acordaré de lo que has dicho. Pues vale, vamos, tienes dos trabajos : besarme y procurar que no me moje el pelo.

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