Estoy tan cansada de los spiderman de medio pelo como de decirle a la cajera del super que no tengo la travel. Hablarle a alguien de revolución global, cambio social y colaboración mutua entre los hombres sin haber aprendido siquiera a controlar los propios impulsos y sentimientos, es como pedirle a un niño de cinco años que se afeite antes de que le haya salido el primer pelo.
Los pobres no quieren limosnas, ni los etíopes cajas con víveres y medicamentos. Tampoco esperéis que la gente de a pie se lea los panfletos. Hay que inventar otras formas de acercamiento.
Pero todo eso exige una reflexión y formación previa que vosotros confundís con pasividad, y se escapa a vuestro entendimiento.
Nadie quiere una porción de la tarta, si existe la posibilidad de obtener el pastel entero. Mientras tanto, seguid. Seguid cambiándole la vida a los oprimidos sin tener remota idea de como ocuparos de la vuestra propia, eso sí, por las noches a dormir en un colchón biscolatex.
Pero todo eso exige una reflexión y formación previa que vosotros confundís con pasividad, y se escapa a vuestro entendimiento.
Nadie quiere una porción de la tarta, si existe la posibilidad de obtener el pastel entero. Mientras tanto, seguid. Seguid cambiándole la vida a los oprimidos sin tener remota idea de como ocuparos de la vuestra propia, eso sí, por las noches a dormir en un colchón biscolatex.
Que debe ser muy duro eso de salvar el mundo a diario. Hay que joderse.
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(Fotografía por Rarindra Prakarsa.)
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