Ayer escuché en la radio contar a un tal Gabriel su afición por
subrayar en los libros todas las palabras que no entiende.
No tendría el asunto mayor trascendencia, si no fuera porque
el bueno de Gabriel se apellida García-Marquez. Y es premio nobel.
Está bien seguir recordándose a uno mismo que todavía no hemos aprendido nada.
De lo contrario me mataría la desgana, o me pegaría un tiro.
subrayar en los libros todas las palabras que no entiende.
No tendría el asunto mayor trascendencia, si no fuera porque
el bueno de Gabriel se apellida García-Marquez. Y es premio nobel.
Está bien seguir recordándose a uno mismo que todavía no hemos aprendido nada.
De lo contrario me mataría la desgana, o me pegaría un tiro.
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